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ƚltimamente me ocurre que me creo muy pocas cosas. Apenas me creo nada, esa es la verdad. Tengo mĆ”s fe que nunca, pero sĆ© que estamos en un momento muy especial de oscuridad,y no me fio de los "gurus", "canalizadores"... ni tampoco de cierto tipo de eventos que se generan con ciertos cambios de fecha, etc. SĆ³lo me fĆ­o de mi discernimiento interno.

Creo que es un momento en el que retoman fundamental importancia las antiguas tradiciones espirituales, fundamentalmente las que aportan una prƔctica que nos pueda acercar a lo divino y ayudarnos a conocernos mƔs a nosotros mismos. Creemos que conocemos todo, pero en verdad apenas vislumbramos la punta del iceberg de la Realidad.



Ya se ha descubierto que lo que llamamos pensamiento "racional" ocupa una Ć­nfima parte de nuestro cerebro. Todo el resto lo forman las emociones, el inconsciente.

Iceberg en esta parte "que no se ve" es donde se encuentra el cambio que todos estamos esperado y que algunos estamos buscando. Es esta parte "que no se ve", donde se encuentra el inconsciente colectivo, donde habitan nuestros miedos mƔs profundos, nuestra sombra mƔs ignota, la que contiene la magia necesaria para cambiar el mundo, para que cambien las cosas.

Veo lo que ocurre a nuestro alrededor, en la calle, en el mundo, parece que no hay soluciones para la crisis (econĆ³mica, de conciencia), que los caminos para el cambio son difĆ­ciles o imposibles. Esto es asĆ­ porque miramos solamente con nuestros ojos fĆ­sicos, porque reaccionamos solamente con nuestra "mente racional". Y el pensamiento, ya se ha demostrado, cambia muy lentamente. AsĆ­ que por ahĆ­ no podemos conseguir ese cambio. AsĆ­ es.

El cambio que buscamos va mĆ”s allĆ”, hay que profundizar en nuestro inconsciente y en nuestras emociones para encontrar nuevos caminos y nuevas soluciones. Mientras muchos estamos sanando este lado "oculto" y profundo, un cambio por ahora invisible se estĆ” gestando en el mundo. AtrevĆ”monos a ser autĆ©nticos, a penetrar en las capas profundas de nuestro ser y de nuestro inconsciente, a rescatar la sabidurĆ­a que yace dormida en nuestro interior. AtrevĆ”monos SENTIR, aunque al principio sea doloroso. AtrevĆ”monos a hacer las cosas de manera distinta a la que estamos acostumbrados, a buscar nuevas vĆ­as, nuevos caminos. Este es el Ćŗnico cambio posible.

Si nos sentimos o encontramos solos, busquemos personas honestas y humildes que nos puedan ayudar a transitar esta vĆ­a de transformaciĆ³n. No podemos hacer esto solos. Y si nos sentimos perdidos o abrumados con demasiada informaciĆ³n, volvamos a las RAƍCES, a la TIERRA, a la Naturaleza, a las tradiciones antiguas, a sus prĆ”cticas.

Y entonces se irƔ gestando el cambio mƔgico que deseamos en el fondo de nuestro corazon. Y nuestros ojos (del espƭritu) se abrirƔn, y nuestros oƭdos oirƔn. Y entonces veremos cara a cara.

"Y Dios creĆ³ el desierto para que el hombre se conociera"
Proverbio tuareg



Noraya Kalam





Informa: http://laeradeaquario.blogspot.com.es
Fuente: http://www.elarcangel.com/
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